Oí decir que hay un espejo. Y sobre el lienzo miradas que
se aferran a la profundidad de sus raíces con silenciosos gestos hacia mí, como
estrellas que brillan, que entran y salen. Trazan un surco en sus sueños y se envuelven, entrelazan redes, destellos y
quitan el velo que oculta cada forma y, así, frente a frente, abro los ojos y
veo hasta el fondo antes de despertar, antes de irme del sueño, de los ojos
abiertos de lo incierto, de miradas amplias que cuentan y cuentan, si uno
quiere escuchar donde las almas se alzan rezando una oración, ojos que buscan,
que contemplan, que dicen las palabras que agradezco, esas palabras
silenciadas, esas almas que emergen, que sobrevuelan, que traspasan los
tiempos. Alma tras alma se reflejan en el espejo.
Pablo Lanuza.